Gran Parque del Cono Sur, una oportunidad para la ciudad

Gran Parque del Cono Sur, una oportunidad para la ciudad

El proyecto dará cohesión social, paisajística y ecológica a esta zona y reconectará con el territorio a los barrios incluidos en ella​

Tomás Van de Walle y Sotomayor
La Provincia, 27 marzo 2019

​De Sidney a Madrid, de París a Bogotá, de Nueva Dehli a Las Palmas de Gran Canaria, el pasado 15 de marzo estudiantes de ciento cincuenta ciudades del planeta se manifestaron en protesta por la «mezcla de negación y parálisis» de los gobiernos ante la amenaza del cambio climático. En lo que han dado en llamar «Viernes para el futuro-Huelga mundial por el cambio climático», los jóvenes anuncian nuevas movilizaciones para reclamar la ejecución sin demora de medidas ante un fenómeno que entraña riesgos descomunales para la Tierra. Por otra parte, el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos ONU-Habitat indica que, pese a tales peligros, «muchas ciudades aún no han enfrentado al cambio climático; los motivos son la falta de políticas relevantes en las ciudades y planes de acción; la existencia de regulaciones en la planificación  urbana y del medio ambiente que no han sido adaptadas para administrar el cambio climático». Consideramos conveniente recordar lo anterior para que la opinión pública calibre mejor el propósito de este artículo: llamar la atención a los partidos políticos que se presentan a las próximas elecciones al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias sobre la urgencia de impulsar el Gran Parque Urbano del Cono Sur de Las Palmas de Gran Canaria.

El área al que nos referimos, en la que se enclavan los barrios de Zárate, El Batán, El Lasso, San José, Hoya de la Plata, Tres Palmas, Pedro Hidalgo, Casa Blanca 2 y El Fondillo, ya fue objeto de una iniciativa de reforestación entre finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX, promovida por el Cabildo de Gran Canaria y dirigida por el perito agrícola Juan Julio Gutiérrez de la Fe. Por diversas circunstancias este proyecto no llegó a completarse y lo realizado cayó progresivamente en el abandono. Desde entonces Las Palmas de Gran Canaria ha crecido enormemente sin atender debidamente al espacio público de calidad. Por ello ahora es más urgente que nunca la intervención en este área que hemos convenido en llamar Gran Parque del Cono Sur, incluida en el PGOU de Las Palmas como suelo rústico de protección paisajística y realzada en el PIO como unidad estratégica.

Un proyecto como el que proponemos dará cohesión social, paisajística y ecológica a esta zona, reconectará con el territorio a los barrios incluidos en ella y, si contemplase además un más que necesario corredor peatonal, mejoraría el vínculo de la ciudad compacta con el barrio de Tafira Baja. Los políticos tienen que estar a la altura de los retos de nuestro tiempo y, desde la experiencia adquirida por la constatación de los impactos negativos del desarrollismo, están obligados a comprometerse con la oportunidad de rearticular la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a través del espacio libre.

Naturalmente, un proyecto de esta escala solo podrá realizarse a lo largo de varios mandatos y legislaturas, mediante la transversalidad en la toma de decisiones, lo que requiere de visión estratégica, acuerdo entre los partidos, coordinación entre las administraciones y, obviamente, un proceso de incorporación del conocimiento del lugar, de las necesidades y de las prioridades de la gente de la zona, para hacer un diseño colectivo con ella. Pero, pese a la ambición y la dificultad que entrañan, lo cierto es que empresas de este calado ya se vienen acometiendo con éxito desde los años noventa en otras ciudades de España. El ejemplo del Anillo Verde de Vitoria es el más elocuente. Lo indispensable, reiteramos, es que haya disposición para la gobernanza y que la ciudadanía empuje junto a sus representantes públicos para hacer realidad este Gran Parque del Cono Sur, que, antes que nada, precisa de limpieza y de recuperación de su red de riego.

Habría que pensar, en fin, en reutilizar las aguas del terciario de El Fondillo, pues serían de muy buena calidad para el riego, utilizar eventualmente lodos procedentes de depuración para enriquecer los suelos, crear una estructura de vías y senderos y, junto a las Baterías de San Juan, que se encuentran en este área y que tienen la categoría de BIC, restaurar el Mirador de El Lasso, de Nicolau Maria Rubió i Tudurí, el más importante paisajista español del siglo XX. Por descontado, debería, así mismo, plantarse especies endémicas pues, como se sabe, son magníficos sumideros de gases de efecto invernadero.

Con el resto del planeta, Las Palmas de Gran Canaria se juega su futuro ante el desafío del cambio climático y las generaciones más jóvenes tienen cada vez más conciencia de ello. Ojalá que quienes gobiernen las instituciones locales a partir de los próximos comicios, acaben por entender también que hay que actuar con determinación y sin demora y que un proyecto como el Gran Parque del Cono Sur, que puede ser la obra más importante de paisajismo en Canarias en muchos años, está llamado a ser una contribución indispensable a la mejora de esta parte del planeta que pertenece a las generaciones actuales lo mismo que a las futuras.

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